El reciente ataque a gran escala con drones ejecutado por Ucrania contra bases aéreas rusas ubicadas a miles de kilómetros detrás de las líneas del frente marca uno de los episodios más audaces de la guerra. Esta operación, que requirió más de un año y medio de preparación, incluyó el contrabando de drones a territorio ruso y su ocultamiento en casas móviles de madera montadas sobre camiones, según una fuente del SBU, la agencia de inteligencia ucraniana.
Los ataques infligieron daños estimados en US$7.000 millones y neutralizaron el 34% de los portamisiles de crucero estratégicos rusos, demostrando que Ucrania conserva la capacidad de golpear con precisión incluso bajo la presión de la ofensiva militar de Moscú.
Una operación sin precedentes
Analistas calificaron este ataque como el más significativo desde el inicio de la guerra. Más de 40 aviones rusos resultaron afectados, incluyendo bombarderos estratégicos Tu-95 y Tu-22M3, así como uno de los escasos aviones de vigilancia A-50 que permanecían operativos. Estos bombarderos son clave para Rusia, ya que permiten lanzar misiles de largo alcance desde su propio espacio aéreo, evitando las defensas antiaéreas ucranianas. Según el informe Military Balance 2025, Rusia contaba con 55 Tu-22M3 y 57 Tu-95 al inicio del año, por lo que las pérdidas representan un duro golpe a su capacidad ofensiva.
Implicaciones estratégicas
Peter Layton, experto en aviación militar, señaló que la destrucción de estos bombarderos obligará a Rusia a depender más de drones para futuros ataques, limitando su alcance y potencia de fuego. Además, Carl Schuster, exdirector de operaciones del Centro de Inteligencia Conjunto del Comando del Pacífico de EE.UU., destacó que este fracaso en la seguridad interna obligará a Vladimir Putin a desviar recursos hacia la protección de sus instalaciones, debilitando su capacidad ofensiva en el frente ucraniano.
La ingeniosa infiltración ucraniana
Lo más notable de la operación fue la capacidad de Ucrania para infiltrar docenas de drones cerca de bases estratégicas rusas sin ser detectados. El uso de camiones con estructuras móviles de madera para ocultar los dispositivos evidenció un nivel de planeamiento y ejecución excepcional. Este éxito no solo daña la infraestructura militar rusa, sino que también mina la moral y la confianza en el sistema de defensa de Moscú.
Un mensaje claro
Más allá del impacto material, el ataque envía una señal contundente: Ucrania sigue siendo capaz de golpear lejos y con precisión, incluso en un momento en que Rusia intensifica sus ofensivas. Esta operación refuerza la postura ucraniana de que, a pesar de la superioridad numérica rusa, la innovación táctica y la determinación pueden inclinar la balanza.
En resumen, el ataque no solo representa un duro revés operativo para Rusia, sino también un triunfo psicológico para Ucrania, demostrando que su estrategia de guerra asimétrica sigue siendo efectiva. Con cada misión de este tipo, Kyiv consolida su reputación como un adversario implacable y creativo, capaz de desafiar incluso a una potencia militar como Rusia en su propio territorio.
